Qué paradoja que hoy, finalmente, nos toque terminar la fase de grupos primeros. Nos toca a nosotros, a los mismos a los que nos tocó naufragar por las profundidades de la tabla sin rumbo alguno, a los mismos a los que nos tocó sufrir la eliminación más de una vez e incluso jugar partidos sabiendo que la victoria no nos llevaba a ningún lado. Sin embargo, tampoco sé si es correcto decir que somos los mismos, porque la realidad es que no sólo se agregaron nombres (renombres más bien) al equipo, si no que el conjunto como un todo fue evolucionando a través de los torneos y de cruzarnos con nosotros mismos allá por los comienzos del 2009, estoy casi seguro que ni nos reconoceríamos.
El partido de la clasficiación fue pobre, aburrido, trabado y sin juego, pero se ganó. Sí, con lo justo y necesario, pero se ganó. Con el ajustado 1-0 nos ubicamos en la cima de las posiciones (cuando Hernán acutalice, claro está), mas tenemos menos goles a favor que el otro líder, por lo que lo que nos clasificó en realidad fueron los goles recibidos (o los no recibidos mejor dicho)que fueron tan sólo 17. Y ese número es el fruto de los años, de los torneos, de los partidos, del orden, del sacrificio, del capitán de la defensa y, cómo no, del gran arquero que defiende nuestra red.
Ahora viene lo difícil, el último o el primero de una serie de desafíos a matar o morir, a todo o nada. Se vienen los cuartos, y más allá de que sean nuestros últimos, procuremos nosotros ser los primeros.
lunes, 1 de noviembre de 2010
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