Independiente vs Racing

La previa proponía un clásico parejo, con buenos jugadores en ambos bandos, puestos definidos y una cancha más que apta para la ocasión. Sin embargo, a pesar de que el resultado del partido estuvo equilibrado por momentos, el transcurso del mismo no fue así. El dominio del balón estuvo siempre del lado de los Sudamericanos, más precisamente en los pies de Manu Pujó y Gonzo Fernández.

La clave del éxito, la mayoría afirma, fue el funcionamiento como equipo de los ganadores, el tiki-tiki generado por aquellos que se conocen de memoria desde hace años que generó infinidad de jugadas de gol frente al arco del (decepcionante) portero Manes. A eso hay que sumarle la seguridad bajo los tres palos de Lucas Soule, y principalmente la que otorgaban los defensores García y Castañón al resto del equipo. En cuanto a la parte ofensiva, fueron García y Adúriz los encargados de definir (tanto para bien como para mal) las innumerables situaciones antes mencionadas.

En la vereda de enfrente reinó el desorden e incluso se generó un enojo general entre los propios jugadores del equipo, al punto de despejar la pelota a la cancha contigua en una salida desde el arco; todo esto gestado por el mal funcionamiento del team a nivel tanto defensivo como ofensivo. No obstante, lograron mantener el resultado nivelado por buenos tramos del partido, ya que la diferencia nunca fue mayor a la del resultado final, alcanzando incluso las tablas durante una buena parte del cotejo.

En resumen, el partido se asimiló al clásico de Avellaneda, que siempre tiene un claro ganador, y que muestra dos realidades totalmente opuestas. En este caso, fue por un lado un equipo que se conocía de memoria, sólido en todas las líneas y con mucha confianza entre sí; y por el otro uno enojado consigo mismo, sin ideas claras para atacar, ni para defender y con muy pocas certezas. Así, se cerró el primer capítulo, o el cuarto para algunos, de un partido que promete mejorar y estar más a la altura de las expectativas el próximo año.

Despacito, despacito, despacito...