domingo, 17 de octubre de 2010

Ganar, ¿gustar? y golear

Si bien el partido en sí se hizo esperar una semana más de lo planeado, el arranque del mismo no hizo lo mismo. Dadas las 11.40 en punto, los jugadores y el árbitro ya se encontraban en la cancha, lo cual obligó al D.T.., ante el leve retraso de Santi Núñez, a poner de movida a Adúriz junto a su concocido García. Y no falló.

En un partido sin claridad, con poco orden y desprolijidades, fue Seba García el comandante del ataque verdinegro y Adúriz el acompañante justo. Corrían no más de cinco minutos cuando el número 8 robó una pelota, se la llevó de carambola y se la cedió a su amigo de la infancia para que la empuje con el arco vacío. Tiempo después, mientras el partido continuaba impreciso, lento y con pocas llegadas; volvió a aparecer García: lateral, volea, desvío y adentro. 2-0 y tranquilidad en un partido sin sobresaltos. Sin embargo, en una vivada rival o una desatención nuestra (lo dejo a criterio de cada uno), Castolo descontó mediante un tiro libre jugado rápido. Sin mucho más se iba a el denso primer tiempo con el resultado arriba por uno.

En el comienzo del complemento, la dupla de ataque parecía estar compitiendo por quién dilapidaba más situaciones, perdiéndose cantidad de goles por definir mal, o por pasarla en lugar de definir. Finalmente, tras el grito del capitán hacia el 8 de que defina él mismo, llegó el clásico puntinazo que puso las cosas 3-1, para que minutos más tarde Adúriz amplíe con un zapatazo que se estrelló en el palo e ingresó. A todo esto, Castolo seguía tratando de forzar un descuento y lo conseguiría, dejando abierta la puerta para otro resultado, y sirviendo de alerta para no dormirse y perder este partido, como hemos hecho en el pasado. Sin embargo, llegaría el quinto gol y se alteraría la fórmula, mas no todos sus componentes: nuevamente, Seba García puso la asistencia, pero esta vez el que definió (y con categoría) fue Juan Pardo, colocandola junto al poste izquierdo del arquero. Descargo personal y alivio colectivo. Con el reingreso de Adúriz, la fórmula volvería a ser la de antes, sólo que con los roles invertidos: pase del 7 a su compañero y pase, a la red, de la figura indiscutida del partido. Sobre el final, Santi Núñez, siempre presente, marcaría el séptimo gol para decorar la goleada; mas las cifras definitivas serían 7-3, por otro gol en el que el rival sacó provecho de las desatenciones propias.

En definitiva se ganó y se goleó, jugando mal, lo que quizás haga más meritoria aún la victoría. Sin embargo, la parte ofensiva del equipo pasó por un sólo jugador (creo que no es necesario aclarar por quien)y eso quizás sea un tema a tener en cuenta. Felicidades Pesto, sigamos camino a la clasificación.

jueves, 14 de octubre de 2010

"Desde la cuna"




Después de que saliera en el programa "El Chavo del 8" con una casaca bastante peculiar, y haciendo un comentario un tanto polémico a la vez (foto vía Facebook), Don Ramón fue entrevistado por Andrés Adúriz para responder algunas preguntas que quedaron picando en la mente de todos los espectadores.

-¿Desde cuándo sos hincha de Pesto?

- Desde la cuna, desde que tengo memoria.

-¿Quién te hizo fana?

- Mi viejo, fanático mal.

- Contame bien cómo fue

- Y mirá... A mí, de chiquito, mi viejo me llevaba siempre a Freire

- ¡No digas!

- Sí, y me decía que cueste lo que cueste alentara siempre a los jugadores

- ¿Por algo en especial?

- Yo le pregunté lo mismo: "Porque dejan la vida por estos colores", me respondió. Ahí nomás profundicé, "Papá, ¿qué es Pesto para vos?". No me olvido más su respuesta, me tiró una que me dio vuelta la cabeza: "Pesto para mí es un sentimiento". Le pedí que me explique, pero lo último que me dijo fue "No se explica, se lleva adentro". .

- ¿Cuál es el recuerdo más lindo que tenés de Pesto?

- Y, dejámelo pensar, hay tantos... Bueno, primero que nada cuando me compré mi primera camiseta, qué lindo... También me alegré cuándo escuché que volvía Santi Núñez, y me lleve una grata sorpresa cuándo vi lo que jugaba Seba García. Pero en cuanto a recuerdos felices, seguramente el más lindo fue el partido de octavos contra 8.40, lo qué sufrí en los penales.

- ¿Vas seguido a la cancha? Porque nunca te vemos...

- ¿Si voy seguido? ¡Voy siempre! El tema es que me disfrazo, porque si no la prensa es insoportable, yo no sé cómo la aguantan ustedes. Generalmente me pongo una gorrita, un relleno en la zapán, me hago el sordomudo y listo, ni sospechan.

- ¿Qué opinas de la salida del histórico Rafa Benítez del mando del equipo?

- Y, yo qué sé. A mí me gustaba, pero el equipo empezó a responder mejor cuando se fue.

- Y ahora, ¿Juanchi o Chueco?

- Cualquiera de los dos, pero que se decidan. Mi ideal sería que sea uno de los dos y que venga a todos los partidos, porqué ambos tuvieron faltazos polémicos que nunca nadie supo explicar.

- ¿Y cómo lo ves al equipo este torneo?

- Alterna buenas y malas. Porque perdimos puntos que no podemos perder nunca, pero a la vez ganamos el clásico contra Bichos, que hicimos un partido bárbaro. Es cuestión de encontrar la regularidad. Igual ojo, yo creo que pasamos, eh. Nos tengo fe.

- Cambiando un poco de tema, vamos a lo que nos llevó a esta entrevista. ¿Nadie te dijo nada por usar la verdinegra en el programa?

- Jaja, no fue problema, ahí son todos unos anti-fútbol. Igual la verdad que no es para menos, ¿cómo les va a gustar el fútbol si juegan con esa pelota de pelotudos? Por eso el Chavo no me dijo nada, el gordo (Quico) ese lo hizo odiar el deporte. Me da pena el chavito, cuándo le mencioné a Pesto no sabía qué era, pero ya le voy a enseñar.

- ¿Y cuándo le mencionaste a Bichos?

- Tampoco sabía, pero eso no es novedad, si son unos muertos, je.

- La última y ya te dejo que se nos está acabando el tiempo ¿Tenés algún favorito en el equipo?

- El equipo mismo. La verdad que esa es la mayor virtud de Pesto para mí. Todos aportan, todos corren, todos dejan todo; es un grupo bárbaro.

- Gracias Ramón

- No, gracia' a vo'

viernes, 8 de octubre de 2010



"Tranquilo hijo, ya te vamos a enseñar cómo se juega".

Para dejar las cosas claras ante lo que proclaman falsamente nuestros hijos insolentes, acá dejó el historial entre los dos equipos:

Torneo Apertura 2009: Pesto F.C. 5 - 4 Bichos
Torneo Clausura 2009: Pesto F.C. 6 - 4 Bichos
Torneo Apertura 2010: Pesto F.C. 3 - 8 Bichos
Torneo Clausura 2010: Pesto F.C. 4 - 2 Bichos

Una Pasión Inexplicable

Pisó el embriague, puso punto muerto y apagó el motor, dejando su Chevy estacionado en un hueco ubicado en la calle Sucre, en el barrio de Belgrano. Se dirigió hacia una puerta incrustada en una roja pared, puso la llave en la cerradura, movió el picaporte y acto siguiente ingresó a su hogar, en donde lo esperaban su esposa Camila y sus dos hijos varones: Lautaro, de 8 años y Fernando, de 7. Saludó a cada uno de ellos con alegría y, gesto de cansancio mediante, se sentó en la mesa para disfrutar de una deliciosa cena, en la cual se encargó de describir una gran variación de situaciones que ese día había vivido, que se extendían desde diferentes ideas que había tenido para su próxima novela, hasta comentarios absurdos que varios de sus alumnos efectuaron en la Facultad ubicada en la calle Puan.

Una vez finalizada la cena, se dirigió hacia la computadora antes de irse a dormir, para revisar su correo electrónico e informarse en los diarios que habitualmente ofrece el fenómeno cibernético. Mientras lo hacía, el mayor de sus hijos, Lautaro, lo interrumpió con una pregunta cuya respuesta siempre ha sido difícil de encontrar.

‘¿Qué es la pasión, papi?’, preguntó el pequeño niño, ‘Porque hoy en la escuela un amigo me dijo algo de eso que no entendí’, siguió con rostro de pequeña tristeza.

Sorprendido por la profundidad de la pregunta, su padre, sonrisa mediante, respondió:

‘Mmm… Una pasión es algo que vos querés mucho, algo que harías por más que te sea difícil, porque no podes dejar de hacerlo, aunque llueva o truene.’

‘¿Tenés o tuviste alguna vos?’, interrogó el chico en pos de buscar un ejemplo para su investigación.

Ante esta última pregunta, su mente se paralizó. Muchas cosas pasaron por su cabeza: conciertos de jazz, libros vanguardistas, novelas ficticias, películas de Hitchcock, entre otras. Sin embargo, muchas fluyeron, pero solo una quedó, por ser su mayor pasión de adolescente y porque, en ella, estaban incluidos sus mejores amigos.

‘Sí, he tenido’, afirmó, ‘pero, querido hijo, la pasión es algo inexplicable. Podrás tener una, dos o veinte, pero nunca vas a encontrar una definición para explicarlas, solamente vas a poder sentirlas’, exclamó con entusiasmada seguridad.

‘Pero quiero saberlo ahora, papi’

‘Posiblemente no puedas, hasta el momento que sientas una…., ahora dale Lauti, andá a dormir que se hace tarde’

Ansioso y enojado por no poder descubrir aquello que lo llevó a interrogar a su padre, Lautaro cumplió la orden y se fue a la cama, sin haber entendido el verdadero significado de la palabra ‘pasión’. Quizás lo hubiera logrado comprender un poco más si se dirigía hasta el armario, abría la puerta del mismo y encontraba una foto vieja, que detrás del polvo que la cubría mostraba varias personas felices posando con sus camisetas negras y verdes y una pelota de futbol, y en cuya parte baja decía:

‘Gracias por todo Polaco, te queremos mucho: los pibes de Pesto’



Dedicado pura y exclusivamente a Santiago Bravo de la Serna, protagonista real de esta historia ficticia, a quien quiero decirle que lo quiero mucho y que en los bueno momentos pero principalmente en los malos, todos sus amigos siempre estarán siempre allí para ayudarlo.

Por Santiago Núñez, me pareció apropiado agregarlo también al blog

¿Qué es la felicidad?

Llega exhausto, tras una larga y dura joranada de trabajo. Tira las llaves en el mueble que se encuentra junto a la puerta, agarra el control remoto, se echa en el sillón y enciende el televisor. Desesperanzado, ya que en el cable no encontraba nada de su agrado, hace zapping hasta que finalmente encuentra un canal donde se debatía "¿qué es la felicidad?" y le llamó la atención. Así que decidió dejarlo para ver de qué se trataba, aunque no del todo convencido. En un momento piensa en cambiar de canal, pero por consiguiente, se propone a reflexionar ¿qué es la felicidad?.
Con cierto grado de incertidumbre, por el cuestionamiento, debido a que la felicidad no es estrictamente la misma para todo el mundo, sino que es un aspecto más bien subjetivo, y no es algo que sea constante, sino irregular. Hay parciales destellos de Felicidad en la vida, por lo tanto se propone a pensar , cuáles son los momentos de felicidad que vivió.
Se le cruzaron por la cabeza distintas y variadas situaciones, sin embargo sólo rescató una, la cuál supone que fue su éxtasis de felicidad, su momento más preciado, el más lindo, el más vívido: GANAR EL CLÁSICO.

Por Lucas Soule

jueves, 7 de octubre de 2010

Uno x Uno

Lucas Soule: Enorme. Si no fue su mejor partido en Pesto, pega en el palo. Mostró seguridad durante todo el partido y no tuvo nada que hacer en los goles, de los cuales, en realidad, había atajado uno. La actitud como estandarte, que se repita.

Jony Saint Martin: Seguro, salida y autor del gol que quebró el empate. Al igual que el resto del equipo, dejó absolutamente todo en la cancha.

Fede della Porta: Capitán. Voz de mando no sólo en el fondo si no en toda la cancha. No hace falta remarcar su sacrificio característico. Se ve que su discurso tuvo el efecto deseado en el plantel.

Santi Nuñez: Llamó Hernán diciendo que encontró un pulmón en la cancha, ¿no será tuyo Negro? Abrió y amplió la cuenta, además de una cuota extra de amor a la camiseta. Gigante.

Seba García: Movedizo y peligroso. Complicó al fondo rojinegro con sus gambetas y sentenció el partido con ese gol que sacó de la galera.

Juan Pardo: Le agregó picante al partido con su roce caracterísitco con los rivales. Activo, supo ser salida peinándola constantemente en mitad de cancha. Sudor por sobre todo, acorde al resto del equipo.

Andrés Adúriz: Tuvo el quinto en dos ocasiones pero en ambas se chocó, literalmente, con el rostro del arquero rival. Se asoció bien pero sin mucho éxito.

martes, 5 de octubre de 2010

MataBichos



Bichos, de nuevo. Aquel hijo maleducado que se atrevió a privarnos de nuestro sueño de campeón, después de todo el sudor, trabajo, sacrificio, fútbol y goles que le habíamos puesto. Ahora nos tocaba a nosotros, como ocurrió siempre en el pasado, salvando el último encuentro, llevarnos los tres puntos. El aire era disntinto, las ganas eran otras; el clásico estaba en el ambiente y se podía percibir a kilómetros de distancia. Para empezar, llegamos todos temprano, inédito en lo que venía del torneo. Y como si fuera poco, impulsado por la presión de la clasificación, el capitán se desveló escribiendo una arenga pensada para tocarnos el orgullo, por si alguno todavía no caía en cuenta de la importancia del partido. Destacó, por sobre todo, los valuartes de Pesto: el sacrificio y el trabajo en equipo. "Pesto somos todos nosotros" dijo el número 5, si mi memoria no me falla. Finalmente, en un grito unísono que no puedo citar textualmente, salimos a la cancha dispuestos a devorarla.

Trabado, parejo y áspero arrancó el partido. En los primeros 10 minutos ninguno de los dos equipos se sacó diferencias y el partido, de no ser por el condimento picante que le daba el hecho de ser un clásico, era bastante aburrido. Hasta que apareció San(ti) Nuñez. Primero, Bichos cometió el error de darle un metro y el 11 no perdonó: derechazo potente y abajo para el 1-0; mas eso no sería todo, porque tan sólo un par de minutos más tarde el delantero ampliaría la ventaja robando una pelota en la zona de peligro y definiendo de cachetada, aunque el propio goleador no supo decirnos de qué manera impactó la pelota. Sobre el final de la primera etapa, Bichos descontó con un colocado y potente tiro libre de Eska, su figura, que, dicho sea de paso, estuvo intratable. Así sin más, se fueron los primeros 20', mostrando a un Pesto seguro en el fondo, bajo los tres palos y sabiendo lo que hacía de mitad de cancha para adelante.

El complemento arrancó distinto: a penas movió, la figura rojinegra remató al arco con un potentísimo remate, que Lucas Soule contuvo, sin dar rebote y sin problemas. Y pese a que el ímpetu de Bichos lo empujaba hacia el empate, el orden, el sudor y el sacrificio de Pesto lograba que el partido mantenga su resultado favorable, teniendo de tanto en tanto alguna contra para ampliarlo. Sin embargo, luego de que el uno rival le tape a Fede della Porta lo que hubiese sido un gol de novela (jugada a puro toque desde el fondo), llegaría, injustamente, el empate. En una salida en la que el fondo estaba haciendo su jugada característica de toque y devolución con el arquero, Eska le birló el balón de las manos al arquero verdinegro en el mismo movimiento en el que estrelló su rodilla contra su ojo derecho, mas para el árbitro (de muy mal desempeño) el robo fue lícito y el gol válido. Así, vena al borde del colapso, Pesto salió a buscar la victoria que venía trabajando desde el principio del partido, y la iba a conseguir. El grito de bronca estuvo a cargo de Jony, cuando su potente tiro libre se desvió en algún jugador, desconozco si fue contrario o compañero, y se clavó arriba en el ángulo superior del uno rival. 3-2 y la justicia volvía a reinar en el score. Pero el grito más fuerte (aunque sea a nivel personal), el de alivio, el espanta-fantasmas, el de desahogo, fue obra de Seba García. Con un par de pisadas y vueltas, el número 8 se las ingenió para salir entre dos rivales y una vez frente al arquero definir razo de punta, sin dudarlo un sólo segundo. 4-2 y a sufrir. A partir de ese momento lo que quedó de partido fue Pesto puro; ojo, no por el juego, si no por el sacrificio, el desgaste y esa actitud de dejar la vida en cada pelota que tanto nos caracteriza que se adueñó del partido. Sobre el final ambos contaron con chances de marcar, pero Adúriz no pudo para los de verde y Lucas Soule se encargó que los de rojo tampoco puedan.

Venganza. Finalmente nos desquitamos con nuestro verdugo del torneo pasado y pudimos demostrarle quién sigue siendo el grande de Freire, a pesar de la derrota del encuentro anterior. Felicitaciones Pesto, se ganó a nuestro estilo, como a nosotros parece gustarnos, con el corazón en la mano. Ah, y Bichos: con papi no se jode.